domingo, 21 de mayo de 2017

Naomi Klein es más marxista que el Trotskaje vulgar

Hay lecturas marxistas de la realidad que dejan mucho que desear; por ejemplo, la de la izquierda trotskysta, que no entiende que existe un arsenal de datos ofrecidos por la ciencia que concluyen que el aumento de dos grados centígrados en el planeta nos coloca en la temible cuenta regresiva. Naomi Klein no hablará de soviéts y de sindicalismo combativo, pero tiene una posición mucho más marxista que este colectivo de izquierda desfasada. La autora no hablará de partidos revolucionarios (por ahí le podemos entrar si se quiere la discusión a Klein), pero tiene muy en claro que el cambio climático no es un problema que se puede combatir desde la democracia burguesa como si fuera una lucha más de las que libra la izquierda revolucionaria en lo que va de su conformación. El cambio climático es una crisis furibunda, una crisis espiritual, una crisis civilizatoria, una crisis de la historia. Reconoce que el cambio climático es lastimosamente la respuesta que el capitalismo debería haber tenido hace doscientos años; ahora llega y nos encuentra en la desorientación absoluta. Podemos discutir sobre las formas que la autora propone para resistir a lo inevitable. Pero primero habrá que reconocer el negacionismo de estos sectores que se resisten al debate.


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