jueves, 20 de julio de 2017

La "entropía" del marxismo también contribuye a la aceleración del colapso


El marxismo que utiliza solo algunos datos de la realidad, como los libros de Marx, Lenin o Ttrotsky y las de sus repetidores en todos los órdenes de la vida, no es marxismo, es religión. 

En la actual situación en que se encuentra la humanidad, el marxismo debe sacar todo de sí, si es que pretende realizar una verdadera colaboración con los problemas que sufre y sufrirá aquella. Esto quiere decir que además de tomar a los referentes del marxismo tradicional, las coyunturas políticos locales y mundial, deberá también considerar otros datos  que se empiezan a volver trascendentales para corregir con mayor precisión la caracterización de la realidad. Uno de esos datos necesarios es el dado por la Termodinámica, la cual nos provee de leyes que siempre estuvieron vigentes pero que en siglos anteriores no implicaron su reconocimiento por los luchadores y marxistas del mundo, por no interferir duramente en la realidad. Sin embargo, hoy se vuelven relevantes para el análisis del curso de la historia. 

El segundo principio de la Termodinámica nos avisa que cuánto más desordenamos, más rápido nos llega la descomposición y la muerte. El físico-matemático Antonio Turiel así define a la entropía: "es el pozo de desorden en el que inexorablemente nos vamos hundiendo a medida que vamos transformando el Universo". A partir de las últimas informaciones sobre cómo hemos transformado el mundo, muchos científicos han comenzado a llamar a esta época como el Antropoceno, momento en que el hombre ha interferido sustancialmente en los procesos naturales alterando incluso los ciclos ecosistémicos del planeta. En términos científicos, utilizando los principios de la termodinámica y no los planteos vagos de Rosa Luxemburgo de que estamos yendo a la barbarie, el humanismo a través del capitalismo está acelerando su extinción, aumentando exponencialmente la entropía del entorno (como lo expresa la física moderna). Lo de Rosa es una advertencia política, aquí se habla de advertencia científica con una precisión notable.

Por otro lado, la misma Termodinámica podría ser de utilidad para los programas políticos revolucionarios en el sentido que a través de la misma ya se puede prever que todas las esperanzas en revertir el desastre y la colisión de esta sociedad son inútiles. Es decir, todo aquel que crea que existe un crecimiento ilimitado, sea quien sea quien dirija el crecimiento, es un testarudo. Con esto solo, muchos programas políticos revolucionarios deberían ser tirados al basurero, por ejemplo. 

Como dice Turiel, los objetos  siempre han tenido un funcionamiento molecular bastante anárquico e impreciso, que tienden al desorden permanente. La cuestión es que no hemos hecho mucho para mantener un cierto ritmo de descontrol (de la entropía) sino que hemos aumentado ese ritmo y de no pararlo tenemos los días contados, a pesar del estado teológico (Compte) de muchos marxistas.

Con esto no estoy abogando que los científicos comanden la revolución, como muchos anochecidos me han insinuado, más bien afirmo que es imposible escapar a estos conocimientos para establecer puntos de contacto con la lucha que deberemos de dar próximamente sin caer una patética representación de la lucha que no era. 

Acá dejo estos dos artículos de Turiel, que con gran plasticidad vuelca los conocimientos duros en una prosa bastante didáctica para los iniciados.

http://crashoil.blogspot.com.ar/2017/07/siervos-de-entropia.html

http://crashoil.blogspot.com.ar/2012/04/entropia.html


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