miércoles, 16 de agosto de 2017

El socialdemócrata Íñigo Errejón no tiene nada que envidiarle a mucha vanguardia "revolucionaria"



El polítólogo más mediático de la izquierda española, Íñigo Errejón, jefe de campaña de Podemos, siendo un socialdemócrata no declarado, tiene las mismas respuestas que la izquierda revolucionaria en Argentina frente al colapso. 

Frente al planteo de qué hacer frente a los datos empíricos arrojados por nuestra cara de que hemos sobrepasado los límites de la tierra, Errejón no duda en sentenciar que al haber un estado solidificado es imposible que se derrumbe. Aunque reconoce en el debate la existencia de la crisis ecológica (no es negacionista), su propuesta política no asume tales datos y tal caracterización de la crisis ambiental como algo a incorporar al análisis político y menos a la acción en consecuencia. Errejón con Podemos creen que hay que seguir haciendo política utilizando la idea de que quienes gobiernen o cómo se conduzca dicho gobierno solucionarán el problema del colapso. Este planteo hipócrita afirma que no se puede decir la política sin primero hacerla o ponerla en práctica, intentando sofísticamente desviar el foco. Es decir, como nadie ha vivido o sobrevivido a un colapso para contarlo, no se puede hablar del tema, imaginarlo y mucho menos tener una política para ello. Esa es la respuesta neomarxista de Errejón. Una chantada.

Si realmente Errejón aceptara en su conciencia que los recursos se nos terminan, que el calentamiento global es galopante, que se vienen crisis de magnitudes incomparables con las actuales, que existe el peligro latente del ecofascismo a raíz de esa pelea a muerte por el control de los últimos bastiones de la energía, entonces, la política no sería para él un mero juego de ajedrez electoral, como lo es para Podemos y otras variantes de izquierda. 

El vídeo sirve también para observar y comparar como los cuadros políticos de estas nuevas generaciones de partidos de izquierda, especialmente los consagrados al parlamentarismo,  han perdido la brújula. No solo no hacen más caracterizaciones marxistas de la realidad, sino que directamente la niegan.  Nos dicen que hablar del colapso es catastrofismo, pero no les entra en el culo los datos de la realidad que no encajan en sus programas políticos. 

Una práctica común de estos partidos de izquierda es la de no despegarse de las masas, algo que hasta el progresista alabaría, pero para un pensamiento que se piensa revolucionario no puede traducirse de manera lineal. No todos esos apegos son progresivos. Están incluso los reaccionarios (¿o no?). El argumento de Errejón como el de la mayoría de los partidos de izquierda se inscribe en esta práctica mencionada, cuando se los interpela frente a las contradicciones de sus políticas con respecto al inevitable decrecimiento. Todos, al unísono, responden que no se puede salir a explicarles a las masas que no tenemos mucho tiempo para organizarnos en una sociedad que se derrumbará inevitablemente. Prefieren mentirles (en el caso de que estén al tanto de lo que se dice del tema) y explicarles que la única pelea que importa es mejorar el salario y seguir produciendo hasta que podamos hacer algo diferente. 

Errejón y por extensión los demás como él, visiblemente no tienen política para nuestra realidad. Nadie la tiene (así que no me vengan a pedirmelas a mí), por eso es más grave que aquellos partidos que se proclaman revolucionarios no puedan ni escribir una oración advirtiendo de la gravedad de la crisis ecológica y social que se empieza a colar por todos los frentes. De no cambiar el rumbo de sus hipócritas actitudes frente al colapso, no solo no contribuirán al socialismo, sino que serán juzgados (si alguien quedara en esta tierra para registrarlo) como cómplices liquidacionistas.

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